La Rambla  agosto 2018
larambla Los rambleros somos una mala hierba

 

Más de 200.000 personas pasan a diario por la Rambla de Barcelona, pero bastó una sola, Younes Abouyaaqoub, para cambiar el curso del emblemático paseo. Su ataque devolvió los barceloneses a una calle de la que se habían ido alejando a medida que la ocupaban los turistas. Pero no por mucho tiempo. Hoy, con un proyecto de reforma urbanístico y social que se presentará en otoño, la Rambla se replantea su futuro mientras muchos de quienes trabajan en sus aledaños siguen afectados por el atentado terrorista del que se cumple este viernes un año. ............................

"Yo la Rambla la evito como si fuera la peste, pero no por miedo a los atentados, sino porque no se puede andar, está llena de turistas", comenta Júlia Fulquet, dependienta en una tienda de zapatos de una calle paralela. El pasado 17 de agosto tuvo que acoger en su establecimiento a varios transeúntes que huían del atentado, pero aquellos sucesos no han dejado huella en su estado de ánimo. "Al cabo de unos días, a veces si se escuchaban petardos u otros ruidos se notaba inquietud en el ambiente, pero la actividad volvió rápido a la normalidad", resume.

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