españolcoloquial

Algo que siempre sorprende al estudiante de español es el abismo entre lo que se aprende estudiando de un manual y el lenguaje que se habla en la calle, o lo que es lo mismo, el español coloquial.

El caso es que el idioma español, más que el inglés moderno, tiene dos registros claramente marcados, y lo cierto es que hablar español en un ambiente formal está a años luz de hablarlo en un ámbito más familiar, que representa la mayor parte de la comunicación oral de la gente de a pie.

Dicho esto, en España hay una clara tendencia hacia un lenguaje menos formal en todos los ámbitos. Hablar de usted entre profesionales jóvenes se ve cada vez menos; muchos jefes incluso prefieren que sus empleados les tuteen, y las grandes empresas optan por este trato en sus campañas de publicidad, queriendo acercarse a su público.
Los países latinoamericanos, en cambio, han preservado la antigua usanza y siguen prefiriendo el trato de usted entre iguales. [Véase tú vs. usted]

En cuanto a la comunicación escrita, al igual que lo que ha pasado con el inglés, el estilo formal se ve sustituido cada vez más por una redacción más cercana y desenfadada. En un correo electrónico se saluda con un hola o un buenos días; encabezar un email con Muy señores míos ya no está a la orden del día, a no ser que se trate de una carta de presentación o un comunicado más importante. Además, nuestra lectura diaria muchas veces se basa en blogs o artículos cortos donde los autores se permiten usar un estilo más personal.

Teniendo en cuenta todo esto, en españolavanzado.com nos decantamos por artículos de opinión en lugar de puramente informativos, es decir, que trabajamos los artículos que más se parecen a la forma de hablar o escribir en el día a día real.

 

Algunos de los puntos que destacamos en nuestro contenido, los cuales diferencian lo coloquial de lo formal son:

  • Los marcadores discursivos — a veces resultan complicados de traducir y, por tanto, difíciles de incorporar en nuestro discurso, p.ej. Pues nada, nos vemos luego.

  • Las interjecciones  también son una característica fundamental de la comunicación oral. Muchos de nuestros artículos llevan este tipo de palabras, que sirven para expresarse de forma natural, p.ej. ¡¡hala!.

  • Las frases hechas — son muy propias del español coloquial, ya que suelen resumir una idea en pocas palabras y tienen una gracia de la cual carece el idioma formal, p.ej. llegó con una mano delante y otra detrás.

  • Oraciones condicionales — en los libros aprendemos las típicas condicionales compuestas del tipo "si lo hubiera sabido, no habría venido", pero cuando pisamos las calles de Madrid descubrimos que la gente no habla así, sino que sueltan frases como "si lo sé, no vengo".
  •  Los tiempos verbales — mientras que en la lengua formal se tiende a usar el tiempo verbal de futuro para hablar del futuro, en la calle muchas veces uno puede pasar un día entero sin escucharlo, pues casi todo es presente en la vida real, p.ej. ahora lo hago;  luego te llamo; mañana termino. 

  • La pasiva con ser  este es otro gran fallo que cometemos los estudiantes avanzados. En la práctica, pocas personas dicen: "el coche fue aparcado en el garaje". Lo normal en la lengua hablada es "aparcaron el coche en el garaje" o "el coche lo aparqué en el garaje".

  • El vocabulario activo   como cualquier idioma, en el lenguaje coloquial se usan muchísimas menos palabras de las que se escriben o se dicen en el discurso formal. A pesar de que el diccionario de la RAE cuenta con más de 80.000 palabras, el español medio no utiliza más de 1.000 de estas en su día a día. En lugar de decir frecuentar, concurrir o asistir, la gente de a pie lo soluciona todo con el verbo ir, lo cual, si bien puede considerarse una pobreza léxica, la mayoría de las veces queda más natural en un ambiente coloquial; en lugar de decir derrumbarderribar o demoler, lo más probable es que escuches tirar abajo, etc. Es decir, que se usan solo mil palabras, ¡pero de mil maneras!

 

  • El cumplimiento de las reglas gramaticales — siempre hay que tener en cuenta que lo que diga la RAE, respecto a cualquier duda, a menudo no coincide con el uso coloquial. Por poner un ejemplo, aunque se considera incorrecto decir acordarse que, muy a menudo suena más natural que con la preposición de.

En definitiva, si no quieres desentonar, hablando como un libro, más vale que controles el español coloquial.

Pues nada, ¡manos a la obra!

 

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