Esperando  dic 2019
testembarazo No quiere levantar esa liebre

 

¿Cuatro semanas, cinco? Hablamos de la noche del concierto, eso está claro, la única en que se confiaron. La sitúa en el calendario. Casi cinco semanas.

Cinco semanas: de uno a dos milímetros. Órganos vitales, huesos y sistema nervioso inician ya su desarrollo. Esbozo de ojos y orejas. Empieza a formarse el tubo neuronal, y la estructura de tejido embrionario que terminará siendo el corazón. ¿Qué más? Nauseas, no. ¿Olfato más sensible? Puede ser. Más ganas de orinar, diría que sí.

Sentada en el váter, móvil en mano, Marga hace búsquedas en Google alterando hoy la rutina de cada mañana (que suele ser: primero la información meteorológica, luego el saldo y movimientos de la cuenta bancaria, después Instagram). ¿Cómo se llamaba, ácido qué? Con solo teclear "ácido", el buscador autocompleta, el algoritmo predice bien sus deseos tras las búsquedas repetitivas de los últimos tres días: "ácido fólico", eso es.

"¿Por qué no me has despertado?", irrumpe Jesús en el baño, "voy de culo, tengo una vista a las nueve pero debo pasar antes por el despacho".
"Hay una cosa que quiero contarte", dice ella, pero él ya no la oye bajo el chorro de la ducha. Insiste, levanta la voz: "¿Volverás tarde hoy también?" 

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