Tu casa  marzo 2019
tucasa Hay gente que le echa mucho morro a la vida

 

En aquellos días, al llegar a casa, siempre esperaba encontrar la puerta reventada. Subía en el ascensor buscando las llaves en el bolso y escuchando con irritación las palabras de algún vecino que subía también:

- Nosotros al final hemos puesto una alarma de esas en la casa del pueblo. No queremos llegar un fin de semana y encontrarnos que se nos han metido a vivir por la cara. Que cualquiera los echa luego. Y encima te destrozan la casa.

Mi hija me apretaba la mano y me hacía muecas en el espejo, como diciendo "mamá, haz que se calle".

Yo me despedía con un desganado "hasta luego", y al salir del ascensor tenía ese pellizco anticipatorio, como si esta vez sí, había llegado el día, la puerta reventada, la cerradura cambiada y no podemos entrar, y entonces qué.

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